No sé si saben
pero los términos « pelotudo » y « boludo » ambos son argentinos
y no se usan en ningún otro país de habla hispana.
Según la historia
parece que estos calificativos nacieron durante la guerra de la independencia
cuando las tropas patriotas usaban armamento muy sofisticado como siempre en
Argentina (lanzas de caña tacuara, cuchillos hechos como se podía y sables que
provenían de algún enemigo), las armas de fuego eran casi inexistentes y como
tirar flechas quedaba feo parece que las únicas armas con las que contaban para
tirar a distancia eran las “bolas” es decir las boleadoras de origen indígena
que podían ser de dos elementos o de tres.
Cuando esta arma
tan sofisticada tenía una sola bola ésta era más grande y se la llamaba
“pelota” tal vez porque su tamaño era similar al que se usaba en el juego de
pelota que también era de origen indígena (azteca para ser preciso).
Ahora bien en el
ejercito patriota parece que las primeras líneas que tenían que oponerse al
ataque del enemigo (que si tenía armas de fuego) estaba formada por los
“boludos” y los “pelotudos”, que tenían como misión lanzar sus “bolas” y
“pelotas” y tratar de pararlos antes que
llegaran al cuerpo a cuerpo.
Obviamente estas
tropas tenían gran número de bajas, como todas las primeras líneas en las
guerras de la historia, y cuando los oficiales trataban de conseguir
voluntarios para ellas no conseguían mucha adhesión. Por eso iban generalmente
los castigados o los incautos, de allí el nacimiento de los términos “boludo” y
“pelotudo” para estos individuos.
Esto es histórico,
si no me creen búsquenlo en Internet.
En el siglo 21 los
argentinos no usamos boleadoras ni pelotas para pelear pero si contamos con un
pueblo que mantiene una relación “pasional” con la pelota, los fanáticos del
futbol, los pelotudos de la actualidad.
Durante el periodo
KK se inventó el “futbol para todos” versión del tercer milenio del “pan y
circo” de Nerón, que permitía a la vez poder afanar tanto por parte del
gobierno como de los dirigentes de la AFA y de los clubes. Mientras los pelotudos disfrutaban de su pasión (¿gratis?).
Considerando el
amor argentino por la pelota también usaban los partidos de futbol para tapar
los programas de Lanata metiéndolos a las diez de la noche, eso funcionaba
porque muchos que no compartían la doctrina K preferían mirar el programa en
diferido para no perderse el “fulbo”.
Ahora con el
compañero Mauri estamos también en la misma, los que no queríamos otra “década
ganada” no tuvimos más remedio que votarlo para evitar que ganara el compañero
“mano dura” cuyo único mérito fue convencer al padre de que le comprara una
lancha.
Nuestro presidente
actual también proviene del “fulbo” cuando se alejó de Sevel (una de las
empresas de su padre) se propuso como candidato a presidente de Boca y ganó.
Es muy edificante
escuchar sus discursos comparando a la Argentina con un club de futbol y
defender sus medidas haciendo un paralelo con su gestión como presidente de
Boca, en su último viaje a Asia para buscar inversiones, en cada discurso hizo
una mención al deporte de la pelota, en Kuwait, China e incluso en Japón.
Si prendemos la televisión en todos los
noticieros hay un capítulo para el “fulbo” del que morfan un montón de
periodistas, que siempre tienen algún tema para discutir, algún jugador que
defender o atacar o algún técnico para lo mismo.
Ojo yo no tengo nada
contra los que le gusta jugar al futbol, es un deporte como cualquier
otro y por lo tanto es sano y gratificante. Yo denomino pelotudo al personaje
que con el argumento de que “a mí me gusta mucho el deporte” se la pasa sentado
en el sillón del living morfando papas fritas y tomando cerveza, mientras mira
en ESPN los partidos de la liga birmana.
El caso de las
“barras bravas” merece un párrafo aparte, verdaderos empresarios de la extorsión
se dan el lujo de apretar dirigentes, jugadores y alquilan su fuerza de choque
a los políticos de turno.
Viajan al exterior
como verdaderos embajadores, arman quilombo, los meten en cana y eso da tela
para varias horas de comentarios en los medios. Estos delincuentes existen con
la complicidad de los dirigentes, periodistas, jugadores y pelotudos.
En él mientras
tanto la inflación no para, el gabinete es una bolsa de gatos, parece que se
viene otro aumento de las naftas (será porque el ministro fue CEO de una
petrolera) mientras se sigue diciendo que los precios pararan su escalada.
Esta todo bien, la
selección tiene un nuevo técnico que trajimos de Europa, no se sabe bien a que
costo, y en una de esas todavía nos podemos clasificar para el mundial de Rusia
(si no si que sería una catástrofe nacional).
Realmente somos un
país de pelotudos.
El Foyel, Patagonia 20 de mayo del 2017.
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