1. Introducción
Este trabajo
esta dirigido a la “gente de derecha”, ya sea a los que se reconocen como tales
(los menos) o a los que lo son sin saberlo aún.
Ser “de
derecha” está mal visto, a tal punto que ningún político que pretenda tener
algún apoyo electoral se anima a autodefinirse como de este signo. Ser de
derecha no tiene buen marketing, a lo
sumo algunos se animan a presentarse públicamente, con, no poca hipocresía,
como “de centro”.
En la
Argentina sus antecedentes están ligados al clasismo y el antisemitismo, negando
su verdadera esencia que está apuntalada por sus valores fundamentales que son:
- El honor.
- El progreso personal basado en el esfuerzo.
- El valor de la palabra.
- El coraje.
- El patriotismo.
Su mero
enunciado suena anacrónico e inocente, precisamente porque luego de treinta y
cinco años de democracia los políticos hicieron que cayeran en el olvido.
La famosa
“grieta” no es entre ricos y pobres, como tanto se preocupa en afirmar la
izquierda, sino que es una división entre los que se esfuerzan, día a día, a su
riesgo, sean trabajadores o empresarios y los que viven del estado, es decir de
los impuestos que directa o indirectamente pagan los anteriores (ver en este
mismo blog el articulo “Los dos lados de la grieta”).
Durante la
era “K” se instaló el “choriplanismo”, mecanismo inventado por su máximo
dirigente para apuntalar su escaso poder inicial utilizando a las clases
populares sin trabajo, producto de la crisis del 2001.
Mediante el
mismo se comenzaron a repartir “dádivas” a los desocupados (y a algunos otros
que eran afines al gobierno) a cambio de contar con su fuerza de choque al
servicio de la estrategia K. Así aparecieron los “piqueteros”, las
“cooperativas” y las “organizaciones de desocupados” que aun hoy continúan
entorpeciendo la vida de los que trabajan de verdad:
Ser de
derecha es tener la satisfacción de no recibir dádivas del Estado. Si se trata
de un trabajador, de ganarse la vida con el esfuerzo fecundo, si se es
empresario la de invertir y correr riesgos para triunfar o fracasar, sin
obtener beneficios ligados a la corrupción en connivencia con funcionarios
gubernamentales, es decir sin “la patria contratista” que tanto mal le hizo al
país durante los últimos años.
Los de
derecha creemos que el Estado solo debe ocuparse de sus actividades intrínsecas,
como la Seguridad, la Educación, la Defensa, la Justicia y la Salud, dejando en
manos privadas el resto, pero manteniendo una actitud vigilante para evitar
abusos, asegurando la libre competencia, para que la economía privada sea el
motor del desarrollo del país.
El rol del
estado en esta materia debe ser de conducción, nunca empresarial, que debe dejar
en manos de empresas privadas, salvo las contadas actividades consideradas
estratégicas, donde su participación accionaria debe ser parcial (mayoritaria o
no) y nunca total.
También
creemos en la importancia de un sistema de premios y castigos. Es falsa la
afirmación de la izquierda de que “todos somos iguales”, no es verdad, existen
trabajadores y perezosos, honestos y corruptos, delincuentes y víctimas, en definitiva,
buenas y malas personas. Hay que procurar un sistema que premie a los buenos y
castigue a los malos, así progresa una sociedad.
El Estado
tiene que asegurar la igualdad de oportunidades, no la igualdad a secas,
esto último nos lleva irremediablemente a la mediocridad y al fracaso.
El trabajo
que sigue esta estructurado de la manera siguiente, comienza con los pilares
que a mi entender son la clave del éxito de una Nación, para seguir con las
bases ideológicas y valores fundamentales que deben inspirar a un plan de
gobierno.
2. Los Dirigentes
La oportunidad
que tuve de haber vivido ocho años en Francia me da, por comparación, una visión
de la realidad de Argentina como no la hubiera podido tener si nunca hubiera
salido de mi patria.
Francia es un
país no muy grande, no muy rico en recursos naturales, su recurso humano (gente)
no tiene nada de extraordinario y sin embargo su presidente se reúne todos los años
con los otros siete que conforman el Grupo de los Ocho para decidir el futuro económico
y social del mundo.
La Argentina
en cambio, es un país grande (tres veces Francia), pleno de recursos naturales,
mucha de su gente es trabajadora (salvo los que viven del Estado), y sin
embargo su posición en el concierto de las naciones es de escasa importancia.
Misterio…
Este
contraste me intrigó desde mi llegada a ese país, y buscando la respuesta traté
de hallar la clave para comprender que tiene Francia que no tiene la Argentina,
para estar donde está; para poder asegurar a su población un nivel de vida de país
desarrollado y sobre todo su posibilidad de sentarse a la mesa de los poderosos
para decidir el destino del mundo.
El hecho de
trabajar en una gran empresa internacional como cuadro dirigente me dio la
oportunidad de comparar también las razones del éxito o fracaso en el mundo
empresario, y la conclusión es conocida dentro del ambiente del management.
Lo importante en una empresa no son sus recursos (materiales
o humanos) sino sus dirigentes.
Eso me dio un
principio de respuesta.
¿No será que
Francia tuvo y tiene mejores dirigentes que la Argentina?
Continuando
con mi observación, arribé a la conclusión que Francia no era una democracia (gobierno
del pueblo) como la entendemos nosotros, sino más bien una aristocracia (gobierno
de los mejores) pero una aristocracia basada en el intelecto. Sus dirigentes
sean de derecha, centro o izquierda todos se conocían, la mayoría fueron
compañeros en las “grandes ecoles”,
donde llegaron luego de un proceso de decantación que se inicio en su infancia.
Normalmente
la carrera de un dirigente en Francia, sea político, empresario o incluso
sindical, comienza en la escuela, allí en la adolescencia maduran sus ideas
donde pueden inclinarse en mayor o menor medida hacia la izquierda o la
derecha, al salir de las “grandes ecoles”
los esperan puestos en las empresas más importantes del país (sean públicas o
privadas), hacen sus primeras armas como dirigentes, pero siempre mantienen el
contacto con sus cofrades de la “ecole”
incluso (o sobre todo) cuando están en la oposición. Esos dirigentes pueden
pasar del sector público al privado o a la inversa, y siempre un pasaje por la
administración pública es visto como enriquecedor en la formación y en la
comprensión de cómo funciona la economía y la política en el país.
En el
interior de las empresas el personal es dividido en dos categorías, los “quadres” (cuadros, es decir
susceptibles de tener responsabilidades de mando) y los “ETAM”, una sigla que básicamente identifica al personal sin
funciones de management, esta
distinción se establece desde el ingreso a la empresa y si un empleado llega
como “ETAM” su pasaje a “quadre” implica para él un fuerte
esfuerzo en preparación, estudio y ganas.
Esto puede
sorprender a quienes en Argentina tienen una imagen de Europa en general y
Francia en particular como países donde no hay discriminación. Se equivocan, allí
hay discriminación por todos lados, racial, religiosa, sexual, con los extranjeros
y sobre todo intelectual.
Desde el
inicio de la educación en la escuela primaria comienza la selección y empiezan
a perfilarse los futuros obreros (los que no accederán a estudios superiores
luego de la primaria y que pasarán por una especie de escuela de “artes y
oficios”, los cuadros medios (los que irán a la universidad, pero no a las “grandes ecoles”, y la elite intelectual
(aquellos que podrán ingresar a las “grandes
ecoles” que luego se transformarán en sus máximos dirigentes.
Existen
también los “parias” aquellos inmigrantes o descendientes de inmigrantes
clandestinos que no tienen estudio y son firmes candidatos a la delincuencia,
la represión, la cárcel y los centros de detención para extranjeros ilegales,
en espera de la expulsión hacia su país de origen.
Empiezo a ver
más claro, comparo con Argentina y veo la diferencia, comienzo a entender a
Sarmiento y a la generación del ochenta.
Por ahí pasa
la cosa, hay que educar al soberano, pero sobre todo hay que formar a los
dirigentes, elegirlos desde chicos, sin discriminación social, pero si
intelectual, tenerlos en una suerte de vivero, seguirlos hasta que crecen para
luego dejarlos que avancen con sus ideas y se vayan transformando en quienes
manejaran la Nación, ya sea desde lo privado como en lo público.
Fue Napoleón
quien construyó el modelo en el siglo XVIII y persiste hasta hoy.
Una pieza del
rompecabezas.
3. La Corrupción
En Francia no
había corrupción.
¿Soy un
crédulo inocente?
No.
En comparación
con la Argentina la corrupción en la historia de Francia a partir de la Revolución
Francesa, existió sí, pero de tanto en tanto y en algunas “hojas” del árbol del
poder, bastando un poco de “poda” a un momento dado para neutralizarla. En
Argentina en cambio desde su creación al momento de la Independencia, la
corrupción estuvo inserta en el “tronco” de la clase dirigente, donde para
extirparla prácticamente había que “talar” el árbol entero de la sociedad.
No es lo
mismo. Una es corrupción con una c chiquita y la otra es una
Corrupción con una C grande como una casa, que desmoraliza, anula los valores, crea el
descreimiento en la juventud, hace bajar los brazos y sobre todo empobrece y
atrasa al país y a su pueblo.
Al poco
tiempo de llegar (mediados del 2000) hubo un “caso de corrupción” en todos los
medios franceses, lanzado por uno de ellos que había puesto en evidencia que el
presidente de la Republica (Chirac) recibió en un momento dado, dos pasajes de avión
para viajar a un país en visita no oficial (turismo) y que parece que no los había
pagado, dado que no pudo hallarse en su carta de crédito o cuenta bancaria la
salida de los fondos (unos pocos miles de Euros).
Si, aunque
sorprenda, en Francia las cuentas bancarias de los funcionarios del gobierno
son públicas y accesibles para cualquier ciudadano, especialmente la prensa.
Produjo un escándalo
mayúsculo y las altas esferas del ejecutivo comenzaron a temblar
peligrosamente. Por esa época un ex presidente argentino (Menem) se
vanagloriaba de su cuenta en Suiza de más de 2000 millones de dólares, producto
de sus 10 años de mandato, y hablando con colegas franceses manifesté mi
opinión de lo exagerado (en comparación) del asunto.
La respuesta
me hizo pensar:
“La
corrupción es como si en el living de tu casa aparece un pequeño fueguito en un
rincón. ¿Que es lo que haces? Lo apagas
antes de que se queme todo, bueno es lo mismo, si se deja un caso pequeño y
aparentemente sin importancia, la cosa crece, se desarrolla y quema todo en la
sociedad”.
Luego de doce
años de gobierno K la corrupción en la Argentina llego a records mundiales,
solamente una de las causas del antiguo ministro de planificación K alcanza la
friolera de siete mil millones de dólares. Cálculos conservadores elevan el
monto del desfalco al estado al equivalente a un PBI anual de toda la economía
argentina.
Pero lo más
grave no es eso, lo grave es que los países desarrollados como Francia son muy vigilantes
de la corrupción entre sus dirigentes, pero no dudan en utilizarla con sus
pares del tercer mundo (África y Sud-América, sobre todo) para reforzar su
estrategia de dominación y hegemonía en el concierto de las naciones. Son
normales y aceptados los “pots de vin”
(coimas), que las empresas multinacionales francesas pagan a los dirigentes de países
subdesarrollados para obtener concesiones petroleras, mineras, autopistas, prerrogativas
fiscales, etc., etc. Es decir que la corrupción es un instrumento de dominación,
de ahí la importancia de tener dirigentes honestos y de castigar con toda
severidad la corrupción, nuestra propuesta es que sea considerada como traición
a la Patria y se la castigue con la pena máxima.
.
Otra pieza
del rompecabezas.
4. El Poder
El poder nace
de la fuerza.
Ante esta
afirmación estoy seguro que muchos van a reaccionar. No estoy de acuerdo, el
poder nace de las ideas, seguro dirán.
No es verdad.
La historia nos demuestra lo contrario, los grandes cambios sociales pudieron
haberse originado en ideas, pero la puesta en marcha se hizo mediante la
fuerza.
Por ejemplo,
una de las últimas guerras por la que pasó el mundo fue la de Irak, contra
Sadam Hussein fomentada por George W. Bush y su entorno, vinculado a los
intereses petroleros y armamentísticos.
Antes de la invasión
de Irak para “buscar armas de destrucción masiva” tuvo la oposición de la ONU
por mayoría absoluta y de la mayor parte de los países de Europa (salvo de sus
chupamedias como España y el Reino Unido), pero a pesar que la misma organización
mundial hubo manifestado su rechazo con varias resoluciones, Bush invadió igual
Irak. ¿Por qué?
Porque tenía la fuerza.
No es el único
ejemplo sino simplemente uno de los últimos a lo largo de la historia de la
humanidad.
En consecuencia,
no se puede tener poder si no se tiene fuerza para sostenerlo.
Si observamos
a la Argentina de los últimos años, los gobernantes siempre trataron de tener
fuerza para sustentar su poder y cuando la perdieron cayeron.
Primero los
militares que se mantuvieron en el poder hasta que el fracaso de Malvinas les
restó fuerza y se tuvieron que ir.
Luego Alfonsín
que en su afán permanente de conseguir un poco de fuerza se la pasó negociando,
con los militares, con los sindicatos, con la oposición, hasta que por no
conseguir tener fuerza se tuvo que ir.
Luego vino
Menem, que basó su poder en la fuerza de la estructura del partido
justicialista sostenido por los siempre fuertes sindicatos y así en adelante.
Un capítulo
especial merece la pavorosa gestión de De La Rua. Pavorosa en doble sentido,
uno por la gestión desastrosa de gobierno por parte de quienes no habían antes administrado
ni un kiosko de cigarrillos y pavorosa por el pavor que la falta de poder
originado en la falta de fuerza puso en evidencia durante todo su gobierno. Hasta
que finalmente esa falta de poder también obligó a que se tuviera que ir.
Podemos
saltear a Duhalde y al periodo de cinco presidentes en una semana por una
piedad histórica y caemos en mister K o mejor dicho en el matrimonio K.
Luego de la
muerte de “él” la señora K continuó con la política de confrontación iniciada
por su marido, incluso profundizándola, peleándose con cualquiera que no pensara
como ella, pero finalmente perdió el poder (no pudo poner a un sucesor) por una
cuestión de oposición de fuerzas.
A mi entender sobrevaloró las suyas y subestimó las del
adversario, en este caso Cambiemos. Hagamos una lista de a quienes tuvo a favor
y a quienes en contra:
A favor:
- Los imberbes (el término no es mío sino del
“General”) de La Cámpora y entidades imitadoras del interior del país.
- Las madres de Plaza de Mayo y sus agrupaciones
parientas (Abuelas, Hijos, Nietos, etc.).
- Los medios oficialistas (pagados a alto costo) como
Tiempo Argentino, Pagina 12, Radio Nacional, Canal 7, Radio 10 y otros
medios de Cristóbal, etc.
- Obviamente los políticos de su entorno.
- Los que recibían y reciben aun dádivas (asignación
universal por hijo, por embarazo, por travesti, etc., etc.).
- Los empresarios amigos socios en los esquemas
escandalosos de corrupción (obra pública, transportes, casinos, mega-minería,
petróleo, construcción de viviendas populares, etc.).
- Los idiotas útiles que se creen su visión tuerta de
la problemática de los derechos humanos.
- La justicia “legitima”.
- Algún que otro artista o intelectual que también
recibe dádivas.
- Los homosexuales.
- Los sindicalistas que soñaban con quedarse con la
CGT (no sus afiliados que lo siguieron a Moyano).
- China y Latinoamérica (ah, me olvidaba de Angola).
- La Iglesia “franciscana”.
Y creo que nadie
más.
Ahora bien, a
quienes tuvo en contra:
- La clase media que pagó (y lamentablemente sigue
pagando) con sus impuestos cada vez más altos la fiesta de dadivas y
corrupción y a la que a cada momento sufría (y sufre) la inseguridad, el
manejo “cubano” del mercado cambiario, etc.
- El campo, los medianos y pequeños productores que tuvieron
que vender sus campos a los sojeros para sobrevivir.
- Las fuerzas armadas, anuladas operativamente.
- La justicia “no legitima”.
- La Iglesia “no franciscana”.
- La oposición, principalmente Cambiemos.
- El peronismo federal (con minúscula lamentablemente aun
ahora).
- Los empresarios de verdad que no viven de los
negociados con el gobierno.
- Los medios no oficiales (Grupo Clarín, Perfil, La
Nación, La Prensa) y sus asociados.
- Los civiles y militares perseguidos y encarcelados
por su visión tuerta de los derechos humanos.
- Moyano, los sindicalistas que lo seguían y sus
laburantes.
- La izquierda de verdad que no creía en su
“progresismo”.
- Los piqueteros que dejó afuera de su reparto de
dadivas.
- Los Estados Unidos.
- Europa.
Y creo que a nadie
más.
El resultado
conocido es que la oposición de estas fuerzas produjo el triunfo de Cambiemos,
que llegó al poder usando muchos de los argumentos que nosotros estamos
planteando (por eso los que pensamos así lo votamos) pero que luego de casi
tres años de gobierno nos sentimos defraudados.
En síntesis,
nosotros pensamos que todo gobernante necesita basar su poder en la fuerza,
sobre todo si quiere luchar contra los males tradicionales de la sociedad
argentina, sobre todo el principal, la corrupción.
Otra pieza
del rompecabezas.
Buscando
simplificar la cuestión, si ensamblamos las tres piezas como si fueran las
patas de una mesa y todo carpintero sabe que una mesa de tres patas nunca puede
ser chueca, llegamos a la conclusión que la receta para una Nación justa y exitosa
está compuesta por:
- Dirigentes idóneos en todos
sus estamentos sean políticos, empresariales o sindicales.
- Con poder, basado en la
fuerza.
¿Cómo se
hace?
Voy a tratar
de exponer una síntesis de lo que un proyecto político tiene que considerar
como marco de referencia, en el capítulo siguiente.
5. Un poco de ideología
Todo Estado
tiene que ser antes que nada una Nación.
¿La Argentina
es una Nación?
En mi opinión
si, aunque el concepto de su composición difiere según el sesgo político de
quien lo enuncie.
Para una
parte de la izquierda, por ejemplo, la Nación Argentina tuvo origen en los “pueblos
originarios”, olvidándose que en el territorio que corresponde a nuestro país
la mayoría de ellos estaba en la edad de piedra. Ignorando el fenómeno de la
inmigración europea, fomentada por la generación del ochenta, en especial Sarmiento
que quería antes que nada “mejorar la sangre de la nación lavándola de su
influencia aborigen que como él decía solo servía para abonar la tierra”.
Para nosotros,
la derecha, la Nación está compuesta por los descendientes de las familias
españolas de la época colonial, enriquecida por la inmigración de origen
europeo, con los valores aportados por cientos de miles de españoles,
italianos, alemanes, ingleses, árabes, judíos, etc., que desde el siglo
diecinueve y hasta mediados del veinte fueron llegando a estas tierras,
atraídos por la quimera de “hacerse la América” escapando de una Europa
empobrecida y en llamas.
Estos
inmigrantes aportaron valores importantes para la construcción de una Nación,
como ser el culto al trabajo, el progreso social mediante el esfuerzo,
principalmente estudiando. Lo que produjo que muchos hijos de inmigrantes se
convirtieran en “mi hijo el doctor” para orgullo de sus padres con acento
gringo.
Siendo el
principal constituyente de la clase media que tanto aportó al crecimiento del país.
Estos valores
permitieron que la Argentina creciera y fuera respetada en el concierto de las
naciones hasta mediados del siglo veinte, cuando Perón (convencido por Eva) comprendió
la fuerza que le podía dar (para sostener su poder) la clase baja del interior
conocida como “los cabecitas negras” y los trajo para Buenos Aires para
comenzar a construir su “mafia sindical” protagonista de la política argentina
desde entonces.
Luego las
distintas caricaturas peronistas de Perón trataron de imitarlo trayendo sus
propias masas a Buenos Aires. Aparecieron las villas en ella y otras ciudades
del interior y sobre todo comenzó a diluirse el concepto de trabajo fecundo,
llegando al paroxismo en la era Kirchner donde la mayor ambición de un miembro
de la “clase trabajadora” debía ser la obtención de un “plan” que como una
limosna le entregue el puntero de turno (que de paso se queda con una jugosa
parte del mismo) para que como contrapartida el “trabajador” corte calles,
forme parte de las manifestación de apoyo y en general refuerce el poder de la
señora K. Ningún descendiente de europeos puede imaginar a sus ancestros
haciendo la cola en el ANSES para la obtención de un “plan” dado que se le caería
la cara de vergüenza y nunca más se atrevería a mirar a los ojos a sus hijos.
La perdida de
los valores originales de los inmigrantes europeos, y su remplazo por la
demagogia populista, nos alejó cada vez mas de tener la esencia básica para ser
una Nación.
En consecuencia,
una de las principales acciones deberá ser cortar con el asistencialismo
para volver al culto de los valores esfuerzo y trabajo.
Un análisis
particular merece el fenómeno de la nueva inmigración de estos tiempos formada
en su casi totalidad por individuos provenientes de los países limítrofes. Somos
un país que con un concepto muy especial de los “derechos humanos” aceptamos
sin ningún reparo la llegada en aluviones de estos inmigrantes, la mayoría sin
trabajo ni capacitación, que pasan a engrosar las filas de los villeros,
desocupados y en una gran proporción los delincuentes que azotan el conurbano
bonaerense y otras ciudades del interior.
Para citar un
ejemplo vivido en carne propia, cuando yo llegué a Francia con un puesto de
personal directivo en una importante empresa automotriz, la misma tuvo que
llenar una declaración jurada donde manifestaba que mi humilde persona contaba
con conocimientos que no existían en el país, (cosa que no era verdad) para que
se me fuera entregado mi “titre de sejour” por una validez de un año. Solicitándome
además la apertura de una cuenta bancaria, donde tuve que depositar el
equivalente a treinta mil dólares, para facilitar la aceptación de mi demanda.
Esto lo hacen justamente para evitar que los inmigrantes engrosen la fila de
desocupados y usuarios del servicio de salud francés, sin hacer su
correspondiente aporte.
A pesar de
ser un cuadro dirigente de una empresa internacional, con un buen sueldo y
pagando sumas importantes de impuestos, debía renovar en forma personal mi
“titre de sejour” en forma anual y si en alguno de los casos tuviera registrado
algún delito (por ejemplo, un incidente vial grave) mi demanda no seria
cumplida y hubiera sido expulsado del país.
Nosotros en
cambio tenemos una política inmigratoria tan “progresista” que no tenemos
reparo en cobijar a todos los vecinos que vienen, no a trabajar (como la
inmigración europea), sino a aprovecharse de la política populista de nuestro
gobierno (actual y anterior).
Conviene
tener en cuenta que Francia en mi conocimiento fue uno de los principales
creadores de la “doctrina de los derechos humanos” tan meneada por los K y
otras agrupaciones de izquierda.
5.1. El rol del Estado.
Ya expresado
lo que desde mi punto de vista se debería hacer para ser una Nación, con
mayúsculas, debemos pasar a analizar el rol que debe tener el Estado.
Como
mencionamos en la introducción, hay cinco pilares de los que se debe ocupar el Estado
en exclusividad: asegurar la Educación, la Salud, la Seguridad, la Defensa y la
Justicia.
5,1,1, La Educación.
La educación
es fundamental, no por muy trillada que sea esta afirmación es menos cierta. La
educación es la base del sistema democrático. No puede funcionar la democracia
con un pueblo ignorante, donde la mayor parte de los votantes se la pase
sentado frente al televisor mirando programas, donde lo único que interese es
el futbol y las nalgas de las cortesanas de turno. Matizados con profundas
discusiones entre vedettes y travestis.
La educación
no es solo la formación dada por la universidad o las escuelas. Es también la cultura,
pero esta no puede estar desvinculada de los medios de comunicación. La cultura
tiene que ser inducida, es un aprendizaje del espíritu, muy pocos tienen la
sensibilidad de apreciar una discusión filosófica frente a la tentación de un
programa centrado en el efectismo. Ni tiene el oído educado para diferenciar la
música clásica de la cumbia villera, eso el Estado tiene que inducirlo.
De todas formas,
la prioridad debe ser dada a la formación. Las universidades estatales tienen
que volver a ser excelentes, basadas en la selección de sus profesores y de sus
alumnos. En todo país serio hay universidades de prestigio y éstas están basadas
en la selección. No entra cualquiera como alumno, ni mucho menos como
profesor. Las universidades privadas pueden ser un complemento, pero nunca
deberán poder competir en términos de excelencia con las públicas, no porque
ellas sean inferiores, sino porque la universidad estatal debe ser el sumun.
La formación
tiene que ser un derecho inalienable para el ciudadano, cualquiera sea su
condición social. Hay que garantizar la igualdad de oportunidades. El Estado
debe estar permanentemente a la “caza” de talentos en la infancia, que serán
los dirigentes del mañana, sean estos hijos de obrero o del empresario más exitoso.
Con tanto dinero gastado en subsidios, “planes trabajar” y corrupción, se debe
poder encontrar el necesario para financiar becas para los estudiantes que
realmente lo necesiten, sobre la base de créditos a devolver una vez recibidos
e insertados en el mercado laboral.
Para lograr
esto es necesario reformular completamente el sistema educativo, en todos los
niveles, primario, secundario y universitario. Se deben cambiar completamente
los planes de estudio, actualizándolos a las necesidades de un mundo cambiante,
donde el avance de la informática y las nuevas tecnologías dejaran sin empleo
en pocos años a gran parte de la población mundial. También hay que estimular
la formación para aquellas tareas que no podrán ser reemplazadas por robots,
aunque sean tan simples como la doma de un caballo, el avance de la tecnología
alejó a nuestros jóvenes de las tareas aparentemente simples, que en realidad
son más difíciles que el manejo de un teclado, como por ejemplo tener la
sensibilidad para ser un buen maestro o cultivar una huerta.
Los años de
kirchnerismo destruyeron el sistema educativo, los maestros no sirven y los
alumnos salen de las escuelas sin los conocimientos mínimos, en su mayoría no
comprenden un texto cuando lo leen y son incapaces de razonamientos matemáticos
básicos como la regla de tres simple. Ver nuestro trabajo en este blog
denominado “Un pensamiento inteligente en un papel o una pelotudez en un
twitter”.
Es necesario
reevaluar la aptitud de cada docente, reemplazando a los no aptos para enseñar
a nuestros niños y jóvenes, si no cambiamos esto la Argentina no tiene futuro.
Todo
ciudadano (por nacimiento o adopción) debe tener asegurada su formación (que a
su vez será obligatoria) hasta finalizar la escuela secundaria, con programas
tendientes a reafirmar los valores pilares de la Nación (esfuerzo, honestidad,
coraje y patriotismo) con conocimientos acordes a la necesidad del país.
Esta
formación debe ser basada en la escuela pública, el rol privado debe ser complementario,
pero nunca central. Simplemente porque la educación no debe ser tratada como un
negocio, y regido por las leyes de la economía y del mercado, sino una función
social, que por definición tiene una rentabilidad para la Nación a largo plazo,
representada por la calidad obtenida de sus dirigentes y su masa trabajadora a
futuro.
Esta
formación debe ser complementada por “proyectos de desarrollo”, que es mucho
más que el mero crecimiento económico, donde se incentive la capacitación
orientada hacia actividades a la cuales el país le quiera dar prioridad,
aprovechando sus ventajas comparativas, para usarlas como motor de su desarrollo.
Podemos citar
como ejemplo la impulsión que la India dio a su actividad informática creando
polos de desarrollo como los de las ciudades de Chennai y Bangalore, con una
estructura universitaria capaz de lanzar al mercado laboral trescientos mil
ingenieros por año, complementada por medidas fiscales de incentivo a la
radicación de empresas del ramo; en zonas francas creadas al efecto con toda la
infraestructura de soporte necesaria.
Nuestro país
tiene una masa humana con una capacidad intelectual válida para este tipo de
proyectos, si bien nuestra población es numéricamente varias veces inferior a
la hindú, el concepto sigue valido con las escalas adecuadas. No solo en el
área informática, sino en muchos otros frentes desde la agroindustria hasta la
tecnología nuclear.
Somos un país
federal y los gobernadores debes ponerse los pantalones largos y procurar crear
esos polos de desarrollo en sus provincias (los gobernadores de los estados
brasileños son un buen ejemplo), lo que contribuirá a acabar con el centralismo
porteño, donde la mitad de la población del país vive en condiciones precarias,
dejando al resto del territorio casi vacío.
5.1.2. La Salud.
Respecto a la
salud, ésta también deber ser un derecho inalienable del ciudadano.
Atención que,
tanto en este punto como en el anterior, me refiero a ciudadanos y no a
habitantes ilegales, por lo que conviene hacer una digresión sobre la
diferencia de estos dos conceptos.
En todo país
serio existen ciudadanos e ilegales, los primeros son los
documentados, sean estos nacidos en el país o no, que pagan sus impuestos y
cumplen con sus obligaciones, en consecuencia, pueden reclamar sus derechos.
Los ilegales son los individuos clandestinos provenientes de la inmigración ilegal,
los cuales deben ser detenidos y enviados a sus países de origen de manera
compulsiva.
Volviendo a
la salud de la misma manera que la educación no puede ser considerada un
negocio, ni mucho menos estar regida por el mercado.
Asegurar la
salud de sus ciudadanos es una de las cinco funciones centrales del Estado. En
este tema mi propuesta es la creación de un sistema del tipo europeo basado en
la contribución compulsiva a los trabajadores y empresarios, administrada por
el Estado del tipo “Assurance Maladie” francesa. Donde todo trabajador y
empresario aportan al fondo común que da en exclusividad asistencia a la
población.
Existirán
hospitales y otros entes de diagnóstico privados, pero serán remunerados por
este servicio estatal de salud. Obviamente esto requiere una administración no
corrupta dada la magnitud de la torta a repartir, pero los países serios han
logrado hacerlo, este debe ser nuestro ejemplo. De la misma forma que hay universidades
de excelencia debe haber centros de salud de excelencia.
Una reflexión
especial debe ser dada respecto a los laboratorios de medicamentos, este es un
punto que incluso los países desarrollados no han resuelto. Existe una suerte
de círculo nefasto entre las organizaciones de salud, los laboratorios y el
cuerpo médico, que genera una inflación de demanda de medicamentos de carácter
paliativo, que no llegan a la curación final del enfermo y que agota las arcas
de la Seguridad Social, mas adelante volveremos sobre el tema, cuando tratemos
el rol económico del Estado.
5.1.3. La
Seguridad
Una visión
simplista del problema nos lleva a pensar que la seguridad debe ser asegurada
por la policía, y que la solución pasa (como hiciera el gobierno anterior e
incluso el actual) por colocar más personal policial en las calles, olvidándose
que no puede haber una acción eficiente, si no es acompañada por los tres
poderes del Estado. El ejecutivo debe mostrar intenciones claras en su lucha
contra la delincuencia, atacando enérgicamente la parte inferior de la pirámide
del delito, es decir el delincuente que está en la calle agrediendo al
ciudadano; como también a los estamentos superiores del delito. Por ejemplo,
los zares del narcotráfico y la trata de personas, que solo pueden existir con
la connivencia del gobierno, ya sea este local o central.
El poder
legislativo debe sancionar leyes claras y contundentes para combatir la
delincuencia, sin estar contaminado con ideologías pseudo-progresistas que solo
existen en la cabeza de algún izquierdista trasnochado, pero que no tienen
realidad en ningún país serio. Mis años en Francia me mostraron que no hay
delincuentes armados en ese país, salvo las bandas muy pesadas y que
normalmente se dedican a hechos delictivos mayores como el robo de bancos y de
camiones blindados. Dejamos de lado la cuestión del terrorismo por ser de una
naturaleza diferente. Volviendo a la problemática inicial, un delincuente de
poca monta puede salir a la calle a robar una billetera como “pick-pocket”,
pero no se le ocurriría estar armado, porque en ese caso pasaría a otro “nivel”,
donde sabe que se le va la vida porque la policía lo cazaría como a un perro
rabioso. La lucha contra las bandas mayores también se hace con total
contundencia, y los delincuentes si son capturados vivos, lo que es raro,
terminan el resto de su vida en prisión donde no existe nuestro famoso “dos por
uno”.
También deben
emitirse leyes acordes que traten con severidad los crímenes cometidos por
menores de edad, un adolescente con un arma en la mano ya no es un “menor” es
un delincuente como cualquier otro y debe ser tratado de la misma forma.
Por último,
el poder judicial debe cumplir con su misión de condenar al delincuente con la severidad
que se requiere, y sobre todo no ser corrupto y no tener connivencia con las
organizaciones delictivas, que permiten que haya jueces “garantistas”, que
liberan a los asesinos que son penosamente capturados por la policía. La
realidad en la Argentina de hoy es que la delincuencia no tiene el más mínimo
prurito en matar a la gente inocente, porque sabe que finalmente no tendrá un
castigo adecuado a la magnitud de su delito.
Hemos hecho
un estudio exhaustivo de este tema en nuestro trabajo titulado “Una solución
integral al problema de la inseguridad en la Argentina” publicado en este mismo
blog.
5.1.4 La
Defensa.
En cuanto a
la seguridad exterior o mejor dicho la defensa nacional contra una agresión
externa, es un tema a mi entender prioritario y de urgente tratamiento por un
gobierno serio.
Los miembros
del gobierno K, muchos de ellos de origen subversivo ya sea directamente (los
menos) o por ideología, odiaban a las fuerzas armadas.
Este odio se
tradujo en un ataque presupuestario y moral permanente que las llevó hasta la total
inoperatividad.
Hoy la
Argentina es el país más indefenso de América Latina.
¿Es esto
razonable?
¿Si es así,
porque Brasil incorpora permanentemente armamento? Con radicación local de
fabricas de aviones de combate, y otras medidas de carácter similar. ¿O porque
hace lo mismo Venezuela, Colombia, Bolivia, o incluso Uruguay?
Hace poco un
ex presidente uruguayo confesó haber barajado la posibilidad de un enfrentamiento
armado con la Argentina, por el conflicto con la papelera Botnia. En síntesis,
cualquiera nos toca el c…
No hablemos
de nuestro siempre presente riesgo potencial con Chile, cuyos aviones de
combate (una treintena de F16 de última generación) sobrevuelan casi
diariamente, para entrenamiento de sus pilotos, la frontera e incluso suelo
argentino. Yo sé lo que digo porque vivo en la Patagonia a 50 km del límite y
los veo dejar la estela de humo de sus motores a reacción sobre las montañas.
Hay que
volver a equipar a nuestras fuerzas armadas y darles un nivel de operatividad
similar a la de los países vecinos más poderosos, Brasil y Chile. No con un
afán belicista, sino simplemente como actitud defensiva, no olvidemos que “el
poder nace de la fuerza”.
Una vez
reequipadas y puestas en operatividad las fuerzas armadas, éstas deben ser
utilizadas exclusivamente para nuestra defensa, lo que significa la no
participación en bloques regionales, liderados por una potencia exterior como
el caso de los EEUU. Las fuerzas armadas son del país y para la defensa del
país.
El mundo
enfrenta una escasez cada vez mayor de recursos naturales y de territorio. La
Argentina es muy rica en estos aspectos, lo que nos hace muy apetecibles a los
intereses expansionistas no solo de las grandes potencias, sino de nuestros
vecinos.
5.1.5 La
Justicia.
Doce años de
gobierno K dieron como consecuencia la aparición de un sector de la justicia
“militante” llamado “justicia legítima”, lo que genera una contradicción básica
a la división de poderes de un sistema democrático porque significa una
“justicia con ideología”.
Si a esto le
agregamos la corrupción de muchos integrantes del sistema judicial, en todos
los niveles, desde secretarios hasta jueces de cámara, nos da una idea de por
qué las empresas extranjeras, cuando luego de sus inversiones en el país
necesitan fijar jurisdicción para eventuales conflictos legales, lo hacen sobre
la de Estados Unidos o Europa. Simplemente porque no creen en la justicia
argentina.
Lo primero es
eliminar la corrupción en el sistema, para lo cual no hay que romperse mucho la
cabeza buscando la forma, basta comparar los ingresos de los miembros del poder
judicial, que son de público conocimiento, respecto a sus gastos. Cuando haya
(como dice la AFIP) inconsistencias se da intervención a la Oficina Anticorrupción
y si se comprueba el delito se envía al responsable a la cárcel de por vida, acusado
de traición a la Patria, no es difícil, solo hay que tener el coraje de
hacerlo.
La Justicia
(con mayúsculas) tiene ser independiente del poder de turno si queremos ser un
país en serio. No vendrán inversiones de importancia sin este prerrequisito,
por mas que nuestro presidente se la pase viajando por el mundo pidiéndolas. Un
análisis del tema lo tratamos en este blog en el trabajo “Una solución integral
al problema de la inseguridad en la Argentina”.
5.2. Geopolítica y relaciones internacionales.
Al tratar el
tema ideológico no podemos dejar de lado la geopolítica.
¿”Será que
América Latina es mi patria”?
Definitivamente
no.
Ese discurso
es muy apropiado para festivales folclóricos y reuniones junto a un fogón, en
un camping de jóvenes de izquierda, pero no resiste un análisis serio.
Argentina
sociológicamente no es Brasil, ni Bolivia, ni Perú, ni Venezuela, ni Colombia,
ni Ecuador ni mucho menos Chile. Aunque es algo similar al Uruguay.
Los países
son su gente, y las gentes en éstos son distintas, de diferente origen racial y
cultural.
Brasil tuvo
un origen portugués lo que hace que su idioma sea diferente lo que no es un
detalle menor, con una fuerte inmigración negra que se sumó a la de origen
alemán y en menor medida japonés. Estos dos últimos forman la mayor parte de la
clase dirigente sobre todo en los estados del sur.
En cuanto a
Bolivia su población tiene origen español con un fuerte contenido étnico de
origen aimara (inca) lo mismo que Perú.
Venezuela
Ecuador y Colombia son étnicamente parecidos con un fuerte contenido indígena
en la población, lo que facilitaría si integración, si se dejaran de lado las
diferencias ideológicas de los gobiernos de turno.
La Argentina
en su composición étnica es diferente a todos estos países. Tuvo origen español
colonial, la inmigración negra producto de la esclavitud casi no dejó rastros
por causa de la mortandad durante la guerra de la independencia y la fiebre
amarilla de fines del siglo XIX. La participación de la población de origen
indígena es muy baja (si no contamos a la inmigración clandestina de los países
vecinos), y desde principios del siglo XX la inmigración europea, de medio
oriente, e incluso Asia, le dio un tono distintivo a su etnia, lo que la hace
totalmente diferente al resto de los países de América Latina, salvo Uruguay.
Uruguay es un
caso particular, a los efectos del análisis geopolítico debiera ser tratada
como una provincia argentina, lo que sería en realidad si Juan Manuel García
(ministro de relaciones exteriores) de Rivadavia no hubiera protagonizado junto
con su jefe, uno de los incidentes de corrupción más denigrantes de la historia
argentina al finalizar la guerra con el Brasil.
La mayoría de
los argentinos “son europeos nacidos en el exilio” como dijo o mejor dicho
escribió Jorge Luis Borges.
El resto es
demagogia “bolivariana” y “chavista” importada por su caricatura local
encarnada por el matrimonio K.
La Argentina
tiene que aspirar a ser independiente y participar en acuerdos regionales
siempre y cuando le convenga, sin olvidar que el peso gigantesco de Brasil
(octava potencia económica mundial, aunque de capa caída por ahora) nos pone
permanentemente en riesgo de fagocitación económica, si no estamos alertas.
La actitud de
Chile en este tipo de acuerdos es un buen ejemplo a seguir.
¿Esto
significa abandonar el Mercosur?
No. Significa
renegociarlo, dejando abierta la posibilidad de hacerlo si no se logran los
objetivos.
¿Y la UNASUR?
En términos
geopolíticos es importante como factor de contrapeso a los otros grandes
bloques mundiales, pero hay que “desizquierdizarla”.
¿Y la
relación con los EEUU?
Mantenerla de
la misma forma que hay que hacerlo con el bloque europeo o el asiático, pero
con una actitud soberana. Lo que significa no volver a las “relaciones carnales”.
La política
internacional es la búsqueda permanente de equilibrio, pero manteniendo una
actitud soberana e independiente, jamás aceptando intervención extranjera en
los asuntos internos del país.
4.3. Estado
y economía.
Para terminar
con la posición ideológica hablemos un poco del rol del estado en la economía,
dado que este factor es fundamental para la estabilidad y gobernabilidad de un
país.
La Argentina
a lo largo de su historia económica tuvo en síntesis una actitud pendular entre
liberalismo e intervencionismo estatal.
Arrancamos
con la economía post colonial agro-exportadora con un fuerte predominio de
capitales ingleses, dando también origen a las principales fortunas locales de raíz
agropecuaria, con una actitud estatal de orden liberal de “dejar hacer”.
Luego
aparecieron a principios del siglo XX las incipientes políticas desarrollistas de
mano de Yrigoyen para luego volver a lo anterior después de su derrocamiento.
Pasamos luego con el peronismo a una fuerte intervención estatal para luego
volver a un liberalismo de la mano de la Revolución Libertadora, para volver
con Frondizi a un estatismo desarrollista industrial, para seguir yendo y
viniendo de una punta a la otra del espectro hasta el día de hoy, pasando por
el liberalismo de Martínez de Hoz o después Cavallo, hasta el estatismo K y el
actual liberalismo de Cambiemos.
Nuestra
posición en materia económica no es ni liberal a ultranza, ni un estatismo
demente.
El Estado
tiene que intervenir en la economía lo mínimo necesario para orientarla hacia
el desarrollo, lo que no significa “desarrollismo cueste lo que cueste”.
Un buen
ejemplo de esto es Brasil, una potencia económica de fuerte contenido
industrial, pero también agropecuario. Lo que nos demuestra que la dicotomía
agro versus industria, no necesariamente debe existir.
Mediante
política aduanera hay que facilitar que las industrias se desarrollen mediante
inversión local o extranjera, pero manteniendo permanentemente un paraguas de
protección cada vez más chico, para evitar abusos de la parte de las empresas
protegidas. Es difícil de hacer, pero otros países lo han logrado con éxito.
Los que no
están de acuerdo con esto propugnaran un liberalismo a ultranza y que “sea el
mercado que decida”. Esto es a mí entender una utopía.
El mercado
funciona como regulador cuando todos sus agentes económicos están en un pie de
igualdad. Hoy en el concierto mundial esto no es para nada cierto. Hoy en
Europa no se consiguen ni computadoras, artículos del hogar o incluso
herramientas de fabricación local. Todo es chino, hindú o de Bangladesh.
O brasileño.
La
globalización produce un nivel de vida, sobre todo para los países que no
pueden exportar la crisis, similar al del país asiático más extremo. Lo que no
es aceptable para nadie.
Si los chinos
hacen que sus obreros vivan en las fábricas y coman junto a la línea de
producción, no significa que nuestra gente tenga que hacer lo mismo.
Nuestro país
tiene recursos humanos y materiales suficientes para asegurar a su población de
45 millones de habitantes un nivel de vida muy superior a aquellos que tienen
que repartir los mismos recursos en poblaciones decenas de veces la nuestra.
Es obvio.
¿Cómo se
hace?
Incentivando
la inversión productiva, ya sea nacional o extranjera, dando seguridad
jurídica, condiciones competitivas a las empresas, reduciendo el gasto publico
para así reducir los impuestos, con trabajadores capacitados y productivos.
Y
fundamentalmente eliminando la corrupción, lo que generará los recursos
necesarios para las acciones de competitividad necesarias.
.
4.3.1. Estado
y empleo.
No hay que
tener un Estado fuerte como preconizaban los K, sino un Estado eficiente.
El populismo
siempre confundió Estado fuerte con Estado elefantiásico y fofo.
Un Estado
eficiente no está arrumbado de empleados mal pagados, que no cumplen su misión,
con un nivel de formación bajo y que trabajan poco y mal.
Un Estado eficiente
está formado por una estructura pequeña y bien paga, con fuerte formación
profesional y que se siente orgullosa de su condición.
El Estado y
sus empresas públicas no deben actuar como un generador de empleo, el único
empleo genuinamente generado es la demanda de mano de obra producida por la
actividad privada.
El resto es
demagogia.
¿Qué hacemos
con los empleados públicos cesantes?
La actividad
privada absorberá a los aptos, algunos otros serán ocupados por las acciones de
desarrollo regional y finalmente otros serán acreedores al subsidio por
desempleo durante seis meses para luego seguir el destino que la vida les depare.
Dependerá de la voluntad de cada uno de querer aprovechar las oportunidades de
capacitación para reinsertarse en una actividad genuina.
El país
necesita gente útil, que produzca riqueza, no parásitos que viven del Estado,
que obtiene recursos para pagarles de los impuestos a los ciudadanos honestos,
y de la inflación producida por la emisión monetaria para cerrar las cuentas de
su desorden fiscal.
¿Y el
conflicto social?
Es hora que
el país sea sometido a la confrontación entre la población que trabaja y
produce (un lado de la grieta) y la que vive de los demás (el otro lado), sean
estos empleados públicos, empresarios corruptos, piqueteros, o “choriplaneros”.
Los
integrantes de la sociedad deberán elegir qué país quieren.
A partir de
esto los que aun persistan en la desestabilización serán combatidos, mediante
represión a cargo de la fuerza pública.
No se trata
de “criminalizar la protesta”, sino de elegir entre orden o caos.
Lo contrario
es demagogia populista.
Es necesario
tener el coraje de reemplazar el actual slogan de Cambiemos de “pobreza cero”
por el de “el que no produce no come”.
4.3.2. Propiedad
privada.
La propiedad
privada que garantiza la Constitución, deberá ser respetada como un derecho
fundamental del ciudadano.
El instinto
de propiedad esta innato en todos los seres humanos, incluso en los animales,
basta simplemente observar como cualquiera de ellos defiende su territorio ante
el avance de otro de su misma especie.
El respeto de
la propiedad privada garantizará las reglas de juego para los inversores tanto
locales como extranjeros, todo gobierno tiene que definirse claramente sobre
este tema.
En nuestra
opinión, el socialismo es un sistema que no funcionó en ninguna parte del
mundo, “la propiedad estatal de los medios de producción” solo generó escases y
mercado negro. Fracasó hasta en la URSS o China, ni hablar en Cuba o los
“paraísos socialistas africanos”, una vez mas es para divagues trasnochados y románticos
junto a una fogata, con guitarras y la mente obnubilada por el alcohol u otras
sustancias.
Observemos
como ejemplo a China, Rusia o incluso Cuba, con su “acercamiento al mercado”.
Para pensar y
no dejarse embaucar por los cantos de sirenas.
Un ejemplo
por el contrario de una deformación del “mercado” es lo que pasa con las
empresas de medicamentos a nivel mundial.
Si observamos
la utilidad final de los estados de resultados de los balances publicados por
los grandes laboratorios veremos que la misma se ubica entre el 20 y el 30 %,
varias veces la normal para cualquier empresa industrial.
Esto se debe
a mi entender por una combinación nefasta de la mala intervención estatal unido
a los sistemas de salud de los países desarrollados.
Como vimos
anteriormente en Francia, por ejemplo, la “Assurance Maladie”, garantiza el
suministro de medicamentos a los enfermos a pedido del médico, con sus recursos
provenientes del aporte compulsivo de trabajadores y empresarios. Lo que
produce la situación ideal para una empresa, un cliente cautivo con recursos
económicos ilimitados. Un buen ejemplo de lo que una buena intención
gubernamental puede producir si no se está advertido. Las empresas
farmacéuticas solo tienen que actuar sobre los profesionales médicos para
inducirlos (mediante prebendas que van desde viajes turísticos a otros
incentivos) en que hagan que sus pacientes consuman sus productos, lo que para
estos últimos no representa un impacto económico dado que lo paga el Estado,
que a su vez se alimenta del aporte compulsivo de todos los agentes económicos.
El equilibrio
en la intervención estatal es difícil, de allí la importancia en que este Estado
sea eficaz y no corrupto.
¿Cómo se
hace?
Ese es el desafío.
Por ejemplo,
para el tema en cuestión el sistema estatal de salud debe propugnar no
solamente la medicina curativa sino la preventiva, incluso con prácticas
similares a las que realiza el gobierno chino. El negocio de las empresas
farmacéuticas es mantener a los pacientes enfermos durante el mayor tiempo
posible, no hay remedios curativos, sino que mantienen a la enfermedad latente
procurando que el paciente no se muera para mantener al “cliente”. Hay ejemplos
a copiar incluso en Cuba. Este país como consecuencia de su aislamiento económico
no tuvo otra solución que desarrollar su propia medicina curativa, incorporando
técnicas de todos lados, por ejemplo, acupuntura en lugar de anestesia y sobre
todo mucha prevención. Lo mismo sucedió en la China de Mao Tse Tung donde para
poder enfrentar el plan de salud para una población inmensa no tuvo otra
alternativa que obligarla a realizar ejercicios de Tai Chi Chuan de origen
milenario para prevenir las enfermedades.
Todo esto
debe ser tenido en cuenta por el Estado dado que la salud de la población no
puede ser objeto de negocio como cualquier otra actividad económica. Respecto a
la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos debe ser estimulada por el
mismo Estado manteniendo un plantel de científicos bien pagos, en lugar de
gastar en planes trabajar se debe cuidar este potencial humano. El desarrollo
de los medicamentos debe ser estimulado por el Estado con un objetivo curativo
y no paliativo como los actuales. Es difícil de hacer, es un tema que como ya
expresara los países desarrollados no han resuelto, precisamente porque es una
contradicción a la base de un sistema capitalista. Las patentes por ejemplo
deben ser consideradas de interés público y sujetas a expropiación, lo que
parece una contradicción con lo expresado anteriormente sobre la propiedad
privada. En la práctica habrá pocos casos en que deba hacerse esto, debido a
que como dijéramos la mayoría de los medicamentos son paliativos y no son de
utilidad.
Otra
excepción al derecho de propiedad privada es el uso de la tierra para fines
contrarios al interés general como por ejemplo la minería con uso de tóxicos o
las explotaciones petroleras con “fracking”. El Estado debe garantizar el
derecho a la propiedad, pero debe también velar por la salud del medio
ambiente. Nuevamente vemos la necesidad de equilibrio, de ahí la importancia de
dirigentes de calidad y no corruptos.
4.3.3. Inversión
extranjera.
Otro tema a
considerar es el de la inversión extranjera, a nuestro entender es inocuo
hablar de inversión nacional o extranjera, lo que existe es “inversión a secas”.
En el mundo globalizado actual los capitales no tienen ciudadanía. Existen
capitales de argentinos que están invertidos en el exterior justamente porque
les conviene más que hacerlo en Argentina. El desarrollo se hace con capital,
el Estado debe procurar que las condiciones sean tales que los mismos arriben,
sin perder de vista el interés general. De nuevo volvemos a una intervención
con mucha mesura y equilibrio.
4.3.4. Inflación.
La inflación
es un cáncer para la economía de un país.
El gobierno K
para poder mantener su política de dadivas y corrupción, frente al agotamiento
de los recursos fiscales volvió a la vieja receta populista de la emisión
monetaria.
¿Consecuencia?
Inflación
cada vez mayor en una vorágine que no se pudo parar.
El gobierno
de Cambiemos atacó la inflación suprimiendo la emisión monetaria espuria reemplazándola
por endeudamiento externo, lo que es básicamente lo mismo. No se ataca la raíz
del problema que es el excesivo gasto publico provocado por la inmensa masa de
empleados públicos innecesarios.
Su falta de
poder, el miedo al helicóptero unido al marketing “duranbarbista” hace que no
se tomen acciones para atacar al problema que es lisa y llanamente echar al
personal que no se necesita. Hasta que no se elimine el gasto publico
innecesario no habrá solución al problema de la inflación.
Cuando
hablamos de empleados públicos nos referimos también al parlamento,
especialmente a la cámara baja, en la misma hay 277 diputados que perciben
entre sueldo y viáticos cerca de $ 300.000 mensuales, a lo que hay que agregar
el gasto provocado por sus “asesores” que son en promedio una veintena por cada
uno, con sueldos cercanos a los $ 100.000. Nosotros proponemos reducir la
cantidad de diputados a la cuarta parte manteniendo la proporcionalidad entre
los partidos y eliminar a los asesores. El tema de los viáticos también
eliminarlo y reemplazarlo por gastos reales según comprobantes con topes como
en cualquier empresa privada.
La política
monetaria tiene que ser rigurosa y austera, es la única forma de garantizar el
crecimiento económico, lo contrario son quimeras.
Existen
quienes preconizar que “un poco de inflación es buena porque estimula el
consumo”, es lo mismo que decir “un poco de droga es buena porque te hace
feliz”, es falso. Lo que se genera es un aparente consumo, que luego se traduce
en caída de la actividad con caída del empleo y por ende del consumo.
La caída
económica del modelo K comenzó cuando derogó la Ley de Convertibilidad para
permitirse darle a la maquinita de imprimir billetes.
Repito, la
política monetaria debe ser severa y rigurosa, para que el dinero circulante
guarde proporción con los bienes generados por la economía.
4.3.5.
Tipo de cambio y especulación financiera.
El tipo de
cambio tiene que ser libre. Lo contrario es una farsa, el valor de un bien lo
da la oferta y la demanda. El resto es estadística al servicio de la demagogia.
El problema
de Argentina es que su población producto de tanto castigo a lo largo de su
historia en materia económica no cree en su moneda, y por ende ahorra y efectúa
sus transacciones importantes en dólares.
No es culpa
de la población, sino de los gobiernos.
Recuperar la
confianza llevara tiempo y el paso de muchos gobiernos que respeten las reglas
de juego.
Procurar que
la gente cambie su afición al dólar como reserva de valor mediante medidas
compulsivas es querer hacer callar un chancho a palos.
La política
económica tiene que aceptar esta situación y poco a poco generar confianza
mediante una economía solida, sin inflación y con tasas de interés atractivas
para el ahorrista.
La confianza
se gana de a poco y se pierde en un segundo.
Todo plan económico
que contemple un dólar controlado y que imagine obligar a los agentes
económicos a actuar de otra manera está condenado al fracaso.
Mantener un
tipo de cambio libre es una garantía para no atraer a la especulación
financiera, si el valor del dólar depende del gobierno es muy fácil traer
dólares del exterior, hacerse de pesos e invertirlos localmente a tasas de
interés altas, para luego cuando los amigos del gobierno les avisen
convertirlos nuevamente a dólar antes de la devaluación y quedarse con jugosas
ganancias en dólares, este tipo de “inversión” extranjera no le conviene al
país y fue típica de las políticas pseudo-liberales que propugnaban la libertad
de los mercados pero intervienen en el tipo de cambio. Eso no es liberalismo es
“bicicleta financiera”.
Basta con
repasar nuestra historia económica de los últimos cincuenta años.
5, Estado y
sociedad.
5.1. Derechos
Humanos
En la
Argentina como en la mayor parte de los países los derechos humanos existen
solamente para defender a la izquierda. Los invito a reflexionar sobre cuantas
veces la APDH, la CIDH, o sus personeros (Pérez Esquivel, Estela de Carlotto,
Hebe de Bonafini y otras lacras) salieron en defensa de alguien que no fuera de
izquierda. Las organizaciones mencionadas responden a Cuba principalmente,
aunque también reciben apoyo financiero y logístico de Rusia y otros países
comunistas. Nacieron como parte de un plan de infiltración al peronismo pergeñado
en la década del 70 ante el convencimiento de que nunca captarían a las masas
obreras de Argentina mientras este existiera, por lo que decidieron
infiltrarlo. Este tema esta tratado en el articulo del blog “El kirchnerismo no
es peronismo sino comunismo cubano”.
En concreto
nosotros pensamos que la Argentina debe romper los acuerdos firmados con estas
organizaciones vinculadas a los mal llamados Derechos Humanos y no recibir
nunca mas a sus delegados, así tal vez estos tendrán tiempo para ir a controlar
los derechos humanos del pueblo venezolano, cubano y ruso.
Las
organizaciones locales de “defensa de los derechos humanos” hablan de treinta
mil desaparecidos. Dejando de lado de si la cifra es cierta o no, lo que
sabemos es que no puede ser verificada, los casos documentados por el “nunca
más” son alrededor de ocho mil. ¿Entonces por qué hablamos de treinta mil?
Porque esa es la cifra necesaria para que el delito pueda ser catalogado como
“genocidio” y delito de “lesa humanidad”, por lo tanto, imprescriptible.
¿Cuantos
fueron los muertos en manos de la subversión en la década del setenta? Menos
aparentemente, pero también fueron muchos.
Actualmente
hay cerca de cuatro mil detenidos en las cárceles argentinas acusados de
delitos contra los derechos humanos, todos vinculados a la llamada “dictadura
cívico-militar”, en un tiempo durante el gobierno K los medios afines hablaban
de “dictadura cívico-militar-eclesiástica” pero el acercamiento a un momento
dado del gobierno anterior con Francisco produjo que se eliminara la parte
“eclesiástica” volviendo a quedar sólo “cívico-militar”.
Ahora bien.
¿Cuántos detenidos hay del lado subversivo acusados de las muertes de
militares, empresarios, sindicalistas, estudiantes y otras victimas del
terrorismo? Ninguno. Porque como los muertos fueron menos de treinta mil el
delito no es imprescriptible.
A esto nos
referimos cuando hablamos de “derechos humanos tuertos”. Nuestra posición es
que si hay prisión debe haberla para ambas partes o para ninguna de ellas.
Yo se que la
izquierda va a llamar a esta postura “doctrina de los dos demonios” pero
quienes vivimos ese periodo nefasto de nuestra sociedad sabemos que sucedió de
esta manera.
En algún
momento debemos cerrar este capítulo de nuestra historia.
También
debemos reconocer que, si hoy la Argentina no esta negociando con las bandas
terroristas el destino de la Nación, como lo está haciendo Colombia con las
FARC y el ELN, es por la intervención de las fuerzas armadas durante la década
del 70.
5.2 Iglesia y
libertad de culto.
Nosotros
pensamos que la Argentina debe asegurar la libertad de todos los cultos (mientras
no infrinjan la Ley) y no sostener económicamente a ninguno. Esto implica
eliminar la asistencia financiera a la Iglesia Católica y a sus organizaciones
afines.
5.3 Género.
Debemos
asegurar la igualdad de género, basada en la igualdad de oportunidades entre
mujeres y hombres, ya sea en lo laboral como en las otras áreas (política,
educación, cultura, etc.), lo que no significa la existencia de “cuotas” sino
de oportunidades equitativas y que tanto las mujeres como los hombres se ganen
su lugar mediante el esfuerzo personal y competencia.
En cuanto a
la homosexualidad, tanto de hombres como de mujeres, consideramos a la misma
como un trastorno de la personalidad. Quienes la padecen no deben ser
perseguidos sino ayudados y comprendidos, lo que no significa estimular la
“militancia homosexual”. Tal vez me pueda hacer entender más fácilmente con un
ejemplo que viví hace pocos días, cuando mi hijo, su mujer y mi nietita de
cuatro años vinieron a visitarme en mi campo donde vivo en la Patagonia. Durante
un día de lluvia tuve la buena idea de encender la televisión y sintonizar el
canal Paka Paka para que la niña viera los dibujos animados, en uno de ellos
aparece una princesa a quien su padre el rey le presentaba diferentes príncipes,
para que se case con alguno de ellos, a los que sistemáticamente rechazaba. La
princesa mostraba un conflicto con su identidad sexual y se dirigió a un
estanque donde había una ranita. La ranita le pide un beso y la princesa se lo
da, a lo que la ranita se transformó en una doncella desnuda que le confesó a
la princesa que la amaba y que se deberían casar. El cuento en dibujo animado
terminó con la moraleja donde a partir de ese día el reino tuvo “dos reinas”,
todo esto dirigido a una audiencia infantil entre la que se encontraba mi
nietita de cuatro años. Esto no es libertad de género es simplemente corrupción
infantil.
A esto me
refiero con no permitir la “militancia homosexual”.
En definitiva,
somos mucho más tolerantes que en Rusia, donde envían a los homosexuales a los
campos de trabajos forzados en Siberia.
5.3. Control de armas en poder de los ciudadanos.
“Si las armas
son ilegales, solo podrán tener armas los que estén fuera de la Ley”.
Este es el
lema de la NRA (National Rifle Association) de USA.
La izquierda
siempre tuvo miedo de los ciudadanos armados, salvo cuando ellos conforman
organizaciones guerrilleras. Ningún país con gobierno de izquierda permite las
armas en poder de los ciudadanos honestos.
¿Por qué?
Porque como decía Thomas Jefferson es el ultimo recurso de los ciudadanos para
defender su libertad frente al totalitarismo.
Eliminando
las armas legales en poder de los civiles honestos no se elimina la
delincuencia, por el contrario, sólo se aumenta la indefensión de la población.
Un
delincuente que no tiene reparos en matar no se va a preocupar por infringir la
ley de armas.
Los que nos
definimos como “de derecha” consideramos que tenemos derecho a la autodefensa,
de nuestra familia, de nuestra persona y de nuestros bienes. Con la debida
responsabilidad frente a la Ley cuando lo hacemos cometiendo un delito.
La Argentina
basó su Constitución en muchos de los principios de la de los Estados Unidos de
América, donde uno de ellos declara que el ciudadano tiene el derecho a la
autodefensa y puede delegar, si lo desea, esa facultad en el Estado, pero puede
retomarla cuando lo crea necesario.
Este tipo de
principios es aplicado en todos los países cuyos orígenes fueron “de frontera”
(Estados Unidos, Australia, Nueva Zelandia y la mayoría de los de América del
Sur). Estos países se caracterizaron por la existencia de “pioneros” que
avanzaban con esfuerzo, mucho trabajo y sangre en los territorios para
poblarlos y llevar la civilización. Esto requería el uso de armas para la
autodefensa.
La Argentina
sigue aun con estas características, tanto en las zonas rurales como las
urbanas.
Nuestra
propuesta es que los ciudadanos pueden acceder a la tenencia domiciliaria de
armas y a la portación en casos determinados, con los controles y los exámenes
adecuados (psicológicos, penales, idoneidad en el manejo, seguridad, etc.).
Esto es una
garantía de libertad, mal que le pese a la izquierda que preconiza que solo
puedan tener armas los terroristas y los delincuentes.
.
6.
Conclusión
Hasta aquí
mis reflexiones producto de la contemplación de la Cordillera de los Andes.
Obviamente
cada punto merece un capitulo que lo trate en profundidad si pretende ser una
plataforma política.
Las escribí
principalmente para mí mismo y poder ordenar mis ideas, producto de la
experiencia vivida padeciendo gobiernos durante toda una vida.
Ahora,
superados ya los sesenta años vuelco en estas pocas páginas la conclusión de
mis pensamientos respecto a lo que deben hacer o no hacer un gobierno para
garantizar que los ciudadanos honestos vivamos en bienestar.
También, al
difundirlo pretendo que los que estén de acuerdo con mi punto de vista me
ayuden a propagar estas ideas entre sus allegados, para así ir construyendo un
movimiento que nos represente.
Invito
también a participar con su aporte intelectual a todos los que quieran
involucrarse en esta “patriada”, pueden contactarme en mi dirección electrónica:
jorgemelchorgreco@gmail.com
.
No nos olvidemos que “tenemos
derecho a ser de derecha”.
Jorge Melchor Greco
El Foyel provincia de Rio Negro, abril de 2018